lunes, 6 de octubre de 2014

CHEVROLET Y SUS CAMARO

El nombre de Camaro provenía de la palabra francesa que significa “compañero” y fue casi impuesta por la norma de Chevrolet de buscar un nombre que comenzase por C como el otro deportivo de la marca, el Corvette. La circunstancia de que el nombre era desconocido por todos, la utilizaron para lanzar su provocativo eslogan: “¿Qué es un Camaro? Una exótica y Feroz criatura que le gusta devorar Mustang”. En Ford, intrigados, intentaron averiguar qué animal era ése, pero solamente encontraron similitudes en la palabra española Camarón, lo que les dio mucho juego con las bromas.

El paquete SS también ofrecía diferencias estéticas como tomas de aire simuladas sobre el capó, pero basaba sus rasgos característicos en las motorizaciones V8 que proporcionaba:
  • De 5.4 litros (327pc) con 210CV (LF7) y 275CV (L30) respectivamente
  • De 5.7 litros (350pc) que daba 300CV (L48)
  • y el big-block de 6.5 litros (396 pc) con potencias declaradas de 325 CV (L35) y 375 CV(L78) posteriormente.
Claramente estos poderosos motores tienen el propósito de competir contra los 335 CV declarados del Ford Mustang. En realidad dichas cifras se quedaban cortas y seguían la estrategia generalizada de los fabricantes de muscle cars de rebajar la potencia oficial. El motivo era que estos deportivos asequibles estaban destinados al público medio y con las cifras reales de potencia, las aseguradoras podrían echarse encima, truncando esta táctica comercial.



Por motivos de reglamentación, el motor desarrollado para el Z28 era de 4958cc (302pc) con carburadores Holley de cuatro cuerpos o bien dobles de cuatro cuerpos. A pesar de que se trataba de un bloque más pequeño, la potencia que entregaba el motor se acercaba a los 400CV a 7000rpm.
La versión de calle se llamó directamente Z/28 y así lo lucía orgulloso en los cuatro costados de su carrocería, aunque la potencia de su motor Z28 que Chevrolet hizo oficial era de “sólo” 290CV a 5800rpm. Las diferencias con respecto al resto de Camaros, además de su motor, residían en que equipaba de serie frenos de disco delanteros, neumáticos de altas prestaciones, una nueva suspensión de competición y un cambio manual de cuatro velocidades Muncie. En su primer año se vendieron 602 unidades, en parte porque Chevrolet no lo publicitó y la gran mayoría de clientes desconocían este paquete de “altas prestaciones”, calificativo que dicho de un muscle car de la época no es cualquier cosa.

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